sábado, 23 de febrero de 2008

Una lectura sugerente sobre la literatura oral

Os invito a que leais esta carta publicada en el Diario de Burgos

El sabor de la Ribera

Me llamo Hans, Hans Seghers, y antes de que os enteréis por otros conduc­tos, he de confesar que mi hermana se lla­ma Gretel. Aclaro, adelantándome a vues­tras risitas, que sin duda fue cosa de mi padre. La noche en que nacimos mi her­mana y yo (somos gemelos), mi padre ha­bía bebido más de la cuenta, como casi todas las noches. Pese a constatar este triste hecho de familia he de confesar, también, como contrapartida, que con el vino afloraba en él su carácter más ama­ble y divertido. De por sí mi padre, de nombre Alfred, no era un hombre rígido ni serio, pero con cuatro vasos de vino se volvía un niño grande que hablaba sin pa­rar, hasta que caía agotado tras oír su pro­pia cháchara. Mi padre trabajaba como administrador de una cooperativa muy conocida de agricultores, muy importan­te en la zona de Babiera, y se tomaba la vi­da según llegaba, sin más especulaciones ni complicaciones existenciales. Tras su muerte muchos de los amigos, conocidos y vecinos, cayeron en la cuenta de que era un hombre bueno. Nadie recordaba ha­ber tenido con él ni una mala palabra. Hacía lo que se esperaba de él y lo hacía muy bien pero jamás se jactó de ello. Des­pués del trabajo se dedicaba a sus aficiones. Tenía tantas que nadie sabía ni cuán­do ni cómo las había adquirido. Yo creo que mi padre era un snob. Leía revistas y luego comenzaba a parlotear sobre lo leído como si lo conociera de toda la vida. Sin duda tenía un arte. Con el tiempo su­pe que ese arte de mi padre se llamaba Li­teratura Oral. Digo esto porque nunca le vi terminar nada de lo que en sus ratos libres comenzara, ni siquiera uno de sus queridos puzzles. Mi padre presumía de que nunca se aburría y disertaba sobre la cantidad de cosas que se pueden hacer por el bien de uno mismo y hasta, siendo generoso, por el bien de la Humanidad, sobretodo, recalcaba, comenzando por tus vecinos. No obstante, su mayor entre­tenimiento consistía en comunicarse con los demás, lo que le llevaba con mucha frecuencia hasta las tabernas del centro del pueblo en el que vivíamos y allí sus bromas, sus chistes, su lo­cuacidad, du­raban lo que duraba su re­sistencia a los alcoholes. Me­dia docena de rondas, dos o tres bromas largas, cuatro canciones a capela con los más animados del lugar y por último alguna historia nostálgica de cuando vivió en Es­paña, en la parte burgalesa de su adorada Ribera del Duero, en donde sin duda le costó por cuestiones de idioma comuni­carse con la fluidez que él necesitaba. Sé por las cartas que todavía le envía su ami­go Tasio, un gran especialistas en vinos, que le tuvieron un gran afecto en toda esa comarca tan querida por mi padre.

Jorge Villalmanzo, en Diario de Burgos, 22-febrero-2008

3 comentarios:

historia dijo...

Hola Mary Carmen ; acabo de conseguir que alguno me deje el ordenador... me ha costado 4 horas de "ansiosa espera " .... Busco tu blog y me quedo impactada .. las fotos son muy buenas , cada una en su estilo... la de las copas de vino, invitan auna cata ... y el atardecer a pensar ..
Observo que ya lo tienes dominado, y controlado esto de los blogs ... llegarás lejos ....
un abrazo.

historia dijo...

Disertaba sobre cantidad de cosas .....me pregunto que opinaría Alfred de nuestro blog.... Yo con el Blog hola y adiós ... una comunicaciónm rápida y nada de disertar ... de charlar tranquilamente sin acordarse un0 del tiempo, viendo la cara , los gestos del interlocutor ... me dan ganas de cerrar el blog e ir una cafetería como Alfred..........

historia dijo...

Hoy vuelvo a practicar ..... la mecánica del asunto bien pero algo me falla .....